Jorge Olivares es calameño, ingeniero informático, además de civil industrial. Es casado, tiene tres hijos y desde hace más de dos años se dedicó de lleno al trabajo como concejal. En esta labor basa su candidatura para llegar al municipio de la comuna, en donde espera una transformación con los cinco ejes de su programa.
¿Cuál es la evaluación que hace hoy de Calama?
Es una comuna que está habitada por personas que demandan con urgencia un cambio, porque ya están cansadas de sentirse estancadas, de vivir en un lugar sin oportunidades, que está segmentada, es insegura y poco equitativa.
Es algo que no se puede negar, como tampoco el que se ha caracterizado por tener autoridades que no conocen su realidad, que miran de la vereda del frente sin saber que hay personas que lo pasan realmente mal, cuando podrían estar mucho mejor si contaran con un municipio que sea gestionador, efectivo y transparente.
En esto eximo de cualquier tipo de responsabilidad a las y los funcionarios, porque ellos trabajan de acuerdo a lineamientos y de eso hoy carecemos. No existe claridad de la ciudad que queremos para vivir.
¿Por qué la necesidad de disputar la alcaldía de la ciudad?
Porque sé que las personas necesitan con urgencia de un salvavidas, que les abran las puertas para encontrar oportunidades. Como municipio debemos ser capaces de generar un abanico de opciones, de mejorar su calidad de vida. Es fundamental que sepan que cuando salgan de sus casas puedan encontrar buenas calles y veredas –que sean inclusivas- iluminación, seguridad y alternativas de desarrollo.
Este es un municipio que cuenta con recursos para hacer una muy buena gestión, con corporaciones que deben ser más territoriales, con un equipo enfocado en un solo norte, que es actuar con transparencia para darle el mejor uso a esos dineros.
Quiero hacer un trabajo en el que las y los vecinos sean parte del crecimiento de Calama, para retomar la identidad que hemos perdido, volver amar esta ciudad que tiene cualidades únicas. Como también ser activo en las relaciones con la principal matriz productiva de la zona, no podemos permitir que las mineras actúen como vecinos observadores, sino como parte de esta comunidad que requiere mejores condiciones.
¿Por qué los ciudadanos deben considerarlo como una opción al municipio?
Muchos han criticado que no tengo experiencia por el poco tiempo que llevo en política. En Calama tenemos los más claros ejemplos que quienes llevan años en esto no han sido los mejores gestionadores y administradores, caracterizándose más por sus egos que por sus logros.
También han cuestionado mi independencia, la que puedo demostrar con documentos del Servel. Es verdad que llegué de un partido de derecha –el que ahora ya no existe- y compartí con ese sector, lo que me sirvió para conocer personas increíbles, pero también el funcionamiento de la política antigua, que me confirmó que para trabajar por el bien de la comunidad no es necesario ser parte de un partido, sino tener la convicción, el poder de gestionar y ser transparente.
La independencia te permite actuar según tus valores y convicciones y no responder a lineamientos centralistas, acuerdos en cuatro paredes y ambiciones de un sector. Mi única motivación es que Calama pueda ser una ciudad en la que estemos felices de vivir.
¿Cuáles son las principales acciones que considera su plan municipal?
Durante los cuatro años que he sido concejal he conversado con muchas personas, tanto de la ciudad como de Alto El Loa, han sido pláticas muy enriquecedoras. Muchos recién están haciendo conversatorios, recién están en terreno o se dieron cuenta que el sistema no funcionaba por el estallido social.
Gracias a esta cercanía con la ciudadanía, empecé a formar mi plan municipal, el que tiene cinco ejes. El primero es Infancia, porque consideramos fundamental que desde el primer momento de la existencia de un niño, niña y adolescente (NNA) debe haber un plan de acción, luego con un sistema escolar inclusivo, que permita que cada uno sea visto por sus cualidades y no sus defectos. Debemos entregarles salud, educación, deporte, arte, ciencia, cultura, patrimonio y las disciplinas que podamos implementar para abrir sus horizontes, encuentren su vocación y se den cuenta que existen muchas posibilidades, no solo el ser mineros.
El segundo tiene que ver con la administración municipal, en donde encontramos fundamental la transparencia, que se sepa en qué se invierten los recursos. El mejorar las condiciones laborales de las y los funcionarios, como gestionar para atraer más recursos. En esto consideramos fortalecer la Secplac, como crear una oficina de proyectos comunitarios, que nazcan de los intereses y anhelos de los barrios.
El tercero es calidad de vida, donde apelamos a la infraestructura de Calama, donde incluimos las calles, veredas, la iluminación y la construcción de parques, por ejemplo, como también el ser proactivo ante las emergencias naturales, la generación de empleo y las oportunidades de emprendimiento.
El cuarto es sobre medio ambiente, porque creemos fielmente que debemos mejorar nuestras condiciones. El aire es fundamental, nuestro oasis y el control de los perros que andan en las calles son temas que requieren medidas ahora, no en algún momento.
El último son las corporaciones. Deben dejar de ser las cajas dispensadoras de dinero, para convertirse realmente en las sostenedoras de mejores servicios. Salud y Educación debieran tener subvenciones que permitan un alcance de calidad y cultura y turismo tiene que abandonar la producción de eventos para generar identidad, lo mismo que deporte.