Agua de mar desalinizada, que luego es usada por la población, y finalmente tratada para ser empleada en sus operaciones. Con este inédito modelo circular, Glencore -una de las mayores compañías de recursos naturales diversificados del mundo- se pondrá a la vanguardia de la seguridad hídrica en Chile.
Para ello, la compañía de origen suizo firmó un contrato con la Empresa Concesionaria de Servicios Sanitarios S.A. (Econssa), donde se acuerda el abastecimiento de aguas servidas tratadas por un periodo de 35 años para sus operaciones de Minera Lomas Bayas y Complejo Metalúrgico Altonorte, ubicadas en la región de Antofagasta.
La medida fue destacada por la ministra de Minería, Aurora Williams, quien expresó que “entendemos que uno de los grandes desafíos de la minería actual es enfrentar los efectos del cambio climático, avanzando hacia una producción más sostenible. En este marco, reducir al mínimo el uso de agua continental es uno de los objetivos que la industria minera ha asumido como una meta prioritaria para mantener un equilibrio social y ambiental. Glencore ha sido pionero en implementar este modelo de circularidad hídrica en parte de sus operaciones en Chile y con este hito apunta a llegar al 100% de uso. Acciones como esta están en línea con la propuesta de Plan Sectorial de Cambio Climático que como Ministerio de Minería estamos proponiendo al país y que actualmente se encuentra en una consulta pública abierta a toda la ciudadanía”.
Con el objetivo de garantizar la factibilidad del suministro, el acuerdo considera la construcción de una nueva planta de tratamiento de aguas servidas para la ciudad de Antofagasta, que se ubicará en el sector del nudo Uribe. Su costo ascenderá a más de US$270 millones, de los cuales US$125 millones serán aportados por las operaciones de Glencore en la región.
“Valoramos profundamente el contrato firmado con Glencore, que permitirá por un parte que un desarrollador pueda implementar un proyecto de reúso de aguas servidas en Antofagasta y, por otro lado, que distintos clientes -entre ellos Glencore- puedan utilizar esta agua. Esto es un ejemplo significativo de economía circular en la zona norte de nuestro país. Además, va a ser la planta más grande de Latinoamérica destinada al reúso”, destacó Patricio Herrera, Gerente General de Econssa.
Hito minero y experiencia previa
La implementación de este modelo de circularidad en la alimentación hídrica marcará un hito para Compañía Minera Lomas Bayas, que con 26 años de trayectoria y la menor ley de mineral en Chile se ha consolidado como una empresa moderna y eficiente, demostrando su compromiso con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas y los Principios del Consejo Internacional de Minería y Metales (ICMM), relacionados con la gestión del agua, la recuperación del territorio, la salud y la seguridad de las personas y la relación con la comunidad.
“En Lomas Bayas tenemos la convicción de que la reutilización de agua servida es el camino que debemos seguir como industria para lograr esta nueva forma de hacer minería, que ofrece beneficios ambientales, económicos y sociales. Con esta estrategia, buscamos recuperar aguas que estaban siendo vertidas al mar para convertirlas en un recurso valioso, aliviar el estrés hídrico en la región de Antofagasta, y contribuir de forma concreta a un futuro sostenible de la industria minera y las comunidades vecinas.”, aseguró Pablo Carvallo, Gerente General de Lomas Bayas.
Durante la ceremonia se destacó la experiencia de Complejo Metalúrgico Altonorte, fundición de cobre que comenzó sus operaciones en 1993 y también es propiedad de Glencore, quienes han sido pioneros en el uso de agua servida tratada en sus procesos por más de 20 años.
“En Altonorte nos hemos esforzado por asegurar la gestión sostenible del recurso hídrico, por lo que hemos trabajado en base a una estrategia que busca contar con operaciones y procesos que permiten el uso de distintas calidades de agua y que nos llevan a minimizar el descarte final y maximizar la reutilización”, expresó Juan Carrasco, Gerente General de Altonorte.
El ejecutivo agregó que “esta experiencia ha sido un claro ejemplo de cómo podemos generar un impacto positivo y con importantes beneficios, como la conservación de aguas continentales, reducción del impacto por la disposición final en el mar y la minimización de la huella de carbono de nuestra operación”.
Se estima que la construcción de la planta de tratamiento de Econssa comience durante 2025.