Un día histórico para Chile. Así fue calificada la jornada que duró hasta pasadas las dos de la madrugada de hoy, en la que parlamentarios del oficialismo y la oposición lograron un acuerdo por la paz social que permitirá que en abril próximo los chilenos puedan decidir si quieren y cómo quieren una nueva Constitución.
Con esto se deja atrás el legado que dejó la dictadura que el próximo año cumple 40 años.
El presidente del Senado, Jaime Quintana, fue quien leyó el acuerdo, precisando que es una forma de hacerse cargo y responsables de las inequidades y abusos existentes en el país.
Como también es la respuesta transversal de la mayoría de los partidos políticos, -considerando que el Comunista y Regionalista se abstuvieron de participar- al clamor de miles de chilenos en estas cuatro semanas de movilizaciones y a cientos que han sufrido la violación de sus derechos.
Fueron doce los puntos que incluye este acuerdo, entre los que destaca que en abril se realizará un plebiscito para que la ciudadanía responda si quiere o no una nueva Constitución y de optar por cambiarla, cómo se debe hacer.
Respecto a esto último, está la opción de hacerlo con representantes de la ciudadanía (asamblea constituyente) o con una convención constituyente en la que participen un 50% de parlamentarios y la misma cantidad de chilenos. Los congresistas pierden su cargo al participar en esta labor.
En ambos casos, los representantes de la ciudadanía serán escogidos en las próximas elecciones municipales de octubre de 2020, quedando inhabilitados de ser candidatos a cualquier cargo en la elección siguiente.
Tendrán nueve meses para redactar la nueva Carta Fundamental, con un período prorrogable de no más de tres meses.
Una vez terminada será sometida a plebiscito, el que tendrá el carácter de obligatorio y al entrar en vigencia Chile tendrá una Constitución 100% democrática.