El Senado de Australia aprobó ayer una controvertida ley que prohíbe el acceso de menores de 16 años a plataformas de redes sociales como Facebook, Instagram, TikTok, y Snapchat. La medida, que busca proteger a los jóvenes del acoso en línea y de problemas de salud mental, impone multas de hasta 32,5 millones de dólares estadounidenses a las empresas que no cumplan con la normativa. La ley aún debe ser ratificada por la Cámara de Representantes antes de entrar en vigor en un año.
La normativa establece una nueva categoría de “plataformas de medios sociales con restricciones de edad”, excluyendo de su alcance a plataformas consideradas de bajo riesgo como YouTube. No obstante, la responsabilidad recae exclusivamente en las empresas tecnológicas, liberando de sanciones a los usuarios o padres que incumplan la ley. El primer ministro, Anthony Albanese, justificó la medida al señalar que las redes sociales son espacios que fomentan la presión de grupo, la ansiedad y el abuso en línea.
La ley ha generado opiniones divididas. Por un lado, la senadora Maria Kovacic defendió que esta medida obliga a las empresas a tomar acciones concretas para proteger a los menores, mientras que Wayne Holdsworth, padre de un adolescente víctima de sextorsión, celebró su aprobación como un avance en la prevención de tragedias similares. Por otro lado, críticos como el senador David Shoebridge, del partido de Los Verdes, advirtieron que la prohibición podría aislar a jóvenes vulnerables, especialmente aquellos de la comunidad LGBTQI o que viven en regiones apartadas, quienes a menudo encuentran apoyo en las redes sociales.
Especialistas también se pronunciaron sobre la iniciativa. La docente Samanta Rolack destacó que, aunque la legislación es positiva, no será suficiente sin campañas educativas que promuevan un uso responsable de las redes. Según datos recientes de Interpol, cada día se identifican 14 niños como víctimas de delitos sexuales en internet, lo que subraya la importancia de proteger a los menores de riesgos asociados al uso no supervisado de estas plataformas.
Con esta nueva normativa, Australia sigue los pasos de países como España, que recientemente aumentó la edad mínima para el uso de redes sociales a 16 años. Sin embargo, casos como el de Chile, donde un proyecto similar no logró avanzar, reflejan la dificultad de implementar estas medidas. El debate en torno a la ley australiana evidencia la complejidad de equilibrar la protección de los menores con el derecho de los jóvenes a interactuar en entornos digitales seguros.
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