Las bebidas energizantes son comúnmente usadas para combatir el cansancio, mantenerse despierto o mejorar el rendimiento físico. Sin embargo, un artículo de revisión titulado Bebidas energizantes: efectos benéficos y perjudiciales para la salud, publicado en 2015 en la revista Perspectivas en nutrición humana, señala que estas bebidas no aportan beneficios reales para la salud.
Por el contrario, existen numerosos reportes que relacionan el consumo de estas bebidas con efectos negativos en diversos órganos y sistemas del cuerpo. Se calcula que hay más de 300 tipos diferentes de bebidas energéticas a nivel mundial. Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, estas bebidas suelen tener altas cantidades de cafeína, azúcares añadidos y otros estimulantes legales como guaraná, taurina y L-carnitina.
Los CDC explican que estos ingredientes pueden aumentar el estado de alerta, la concentración y la energía, pero también elevar la presión arterial, la frecuencia cardíaca y la respiración. Los riesgos asociados al consumo de energizantes incluyen deshidratación, problemas cardíacos como latidos irregulares o insuficiencia cardíaca, ansiedad e insomnio, según señalan los CDC.
Además, el artículo de 2015 advierte que la mayoría de estos efectos son estimulantes y que se han reportado casos con reacciones adversas cardiovasculares, psiquiátricas y neurológicas, junto con efectos diuréticos. Finalmente, el texto destaca la necesidad de realizar más estudios experimentales para comprender mejor los riesgos asociados al consumo de bebidas energéticas y así poder establecer regulaciones adecuadas.
