Columna: Chile despertó y no nos volveremos a dormir

06/03/2020
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Los últimos meses han sido escenario de la decantación del proceso de acumulación más importante de nuestro país en los últimos 30 años. Una movilización social histórica logró materializar el sueño de una asamblea constituyente, el primer plebiscito en democracia y la irrefutable afirmación del fracaso del modelo neoliberal. El 18 de octubre marcó un precedente de cómo entenderemos la política en los próximos años.

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El Proceso Constituyente nos permitirá, como nunca antes, redactar las reglas del juego y nos entregará la posibilidad de abordar temáticas que jamás habían tenido cabida. Y específicamente para la ciudad de Calama será una oportunidad de hacer valer sus demandas históricas, particularmente aquella que dice relación con dejar de ser una zona de sacrificio, que sólo recibe las externalidades de la industria del cobre y gravar a las grandes empresas, reteniendo parte de las riquezas que generan.

Varios años pensamos que Chile dormía, cansado por el abuso y adormecido por los medios, pensamos que el movimiento social estaba apagado o programado para renacer sólo uno que otro año. Pero la movilización social se estaba preparando.

La esperanza ha convivido constantemente con la rabia. Y es natural. Si bien se logró un proceso constituyente histórico, aún no logramos avances en materia de derechos sociales y frenar las violaciones a los Derechos Humanos, un hecho que nos dolerá como país para siempre, no sólo será una deuda con las miles de personas que fueron víctimas, sino también con las futuras generaciones, para quienes la promesa del nunca más, estará profundamente debilitada.

Pero la esperanza nunca debe dejar de movilizar. La lucha por una Asamblea Constituyente y los tres mínimos para el proceso significó un esfuerzo maratónico que interpeló a todos los sectores políticos a demostrar una profunda convicción en la necesidad de poner Chile por delante. Y creo que precisamente de eso se trata la política. No de hacer testimonio o pararse sobre un estatus moral distinto, sino de estar dispuesto a pagar costos, entendiendo que eres un instrumento del pueblo y te formaste con el objetivo de incidir y transformar el país para la gente.

Hoy podemos decir que estamos abriendo camino a una nueva república. Con el apruebo y la convención constitucional podremos construir una nueva Constitución de y para todos. Hoy podemos estar seguros que Chile despertó y no se volverá a dormir.


Catalina Pérez Salinas (RD).
Diputada por la Región de Antofagasta


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