El agua Cumulus, que representa el calameño Haroldo Ibacache de 48 años, es distinta a cualquiera conocida entre botellas de 500 ml y bidones de 20 litros. Es extraída del aire y ha ganado espacio en el comercio de Antofagasta y Calama, esperando llegar a Tocopilla y San Pedro de Atacama, dando a entender que es posible obtener el recurso hídrico sin dañar ríos, napas subterráneas y ecosistemas con equipos desaladores.
Cumulus es la primera embotelladora mundial de agua del aire en envases compostables, lo que costó desarrollar por más de siete años buscando el envase hasta llegar a China, donde se desarrolló tecnología de Centro América con PLA de algas, lo que es fácil de compostar.
“Tiene la particularidad que cuando llega a un vertedero donde hay líquidos percolados, intercambios de temperaturas, viento, erosión, se composta en 120 días”, explica Ibacache, dedicado hace 20 años a emprendimientos, sobre esta idea que incluso se ha publicitado como traída del futuro.
Sin embargo, esta no es la primera vez que el calameño realiza una apuesta extravagante.
Antes intentó traer camellos junto a su esposa y socia, Lorena Plaza, con quien tienen más de 30 años juntos. “Uno de los emprendimientos más locos fue habernos embarcado en traer camellos a Chile. Específicamente, queríamos montar un negocio en la localidad de Collo en San Pedro de Atacama, donde íbamos a llevar turistas, un turista por un por un dromedario, a hacer un paseo por el Valle de la Luna, pero lamentablemente no se concretó porque tuvimos algunos obstáculos muy determinantes en el camino”, recuerda.
La búsqueda de negocios y la compra de un terreno volvieron a intervenir en el matrimonio que encontró la oferta de un lugar más barato a cambio de no contar con agua. Instancia que vieron como oportunidad, pero también recordaron uno de sus dichos: “No pegarse cabezazos con nadie”.
Esto consiste en tener un negocio donde no competieran con muchas personas y marcaran la pauta. “Ella me dice que el negocio del futuro, pero todo el mundo lo sabe, es el agua, pero cuando tú vas más allá, cuando dices sí, tú te das cuenta de una necesidad que hay en el mercado, en las unidades, en todo lo que sea, pero te quedas en eso, no haces nada. En cambio, las personas que son inquietas buscan, estudian y tratan de conseguir ese objetivo”, dice Haroldo.
Por eso viajaron fuera de Chile y consiguieron representar a Cumulus tras convencer a los inventores de los equipos que convierten el aire en agua, tras pasarlo por procesos de condensación, termodinámica y tratamiento.
“Ya tenemos algunos apodos, por ejemplo, el agüita milagrosa. La gente de la tercera edad ya nos ha calificado como el agua milagrosa. La compran para tomarse sus pastillas”, relata Haroldo sobre esta nueva agua que también tiene proyecciones de llegar a más países de Latinoamérica mediante el esfuerzo con otros partners.