Desde hace más de seis años, que en la Provincia El Loa, fue descubierta la temible mostaza negra, que es una maleza que ha atacado varias cosechas de agricultores locales, a los cuales ya les cuesta producir la tierra en el desierto. Pero luego de años de trabajo e investigación el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), ha logrado entregar recomendaciones para su control.
Es así, como decididos a darle la pelea, los agricultores locales, comenzaron con la siembra del tradicional choclo calameño, esperando que la dedicación y gran trabajo destinado para preparar el suelo, sea un éxito.
“Nosotros sembramos en este mes de septiembre a veces pasado el 18, dependemos también del clima. Cuando está muy helado demora en salir el maíz, se demora a veces 15 días, pero cuando empieza a abrigar el maíz sale a los 11 días 10 días empieza a reventar y empieza a salir para arriba. Pero depende todo del clima.”, comentó Iván Plaza, que espera cosechar las primeras mazorcas a fines de febrero.
Esta maleza es tan dañina que corta el crecimiento de los cultivos, al quitarle el espacio y agua a las cosechas. Por lo mismo, en el marco del Programa de Extensión, con enfoque territorial, para el manejo y Control de la Mostaza Negra, se ha realizado un acompañamiento constante a los productores, entregándoles recomendaciones para que estos cultivos superen a la maleza.
“El trabajo ha sido intenso, porque hemos ayudado a limpiar los terrenos con nuestra empresa de operarios, diseñamos un plan personalizado para cada uno de ellos y ahora que llegó el momento de la siembra seguiremos avanzando en conjunto para controlar la maleza entre sus cultivos. Queremos que internalicen cada una de las recomendaciones para que estas prácticas se transformen en su trabajo habitual”, comentó Bárbara Vega, directora del programa que ejecuta el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) con fondos del Gobierno Regional de Antofagasta.
Habrá que esperar hasta finales de febrero, si todo este esfuerzo y trabajo finaliza de la mejor forma, para que cientos de familia puedan disfrutar de su choclo calameño. Pero también para que estos productores nortinos, puedan mantener en pie su fuente económica.