El desierto de Atacama, con sus salares, esconde un sinnúmero de secretos y entre estos el origen de la vida en el planeta. Gracias a una investigación que realizó el astrobiólogo de la universidad de Connecticut, Peter Vissher, en el sector de Lagunas Bravas, descubrió microorganismos capaces de sobrevivir a las extremas condiciones del lugar, pero también sin oxígeno y con abundante arsénico.
Este experto llegó a Chile tras años de investigar el origen de la vida otros países y acompañado de un equipo de geólogos, biólogos y astrobiólogos acampó a la orilla del Salar de Atacama, donde tras realizar una serie de pruebas al sedimento del lugar descubrió tres cosas: organismos vivos, la nula existencia de oxígeno y la gran cantidad de arsénico.
Luego de este hallazgo, recogieron muestras de material del salar, las que fueron sometidas a diversos análisis permitiendo detectar el genoma de estos microorganismos, descubriendo que a diferencia de otros seres vivos que hacen fotosíntesis con luz solar y dióxido de carbono, estos lo hacían con arsénico.
Con estos estudios – que fueron comparados con unos realizados en Australia y resultaron idénticos – se da respuesta a la incógnita de cómo eran los primeros seres vivos que habitaron la Tierra y permite ampliar el trabajo que se realiza para determinar si hay vida en otros planetas.