Felipe Dorich Arce, es un ingeniero constructor de 32 años que llegó desde el puerto de Valparaíso hace 7 años a Calama por trabajo. Hasta ahí, la historia suena conocida para una zona minera, sin embargo, tras la pandemia junto a su pareja Isabel vieron afectadas sus fuentes laborales, llevándolos a emprender en otros rubros. Posteriormente, retornaron a sus trabajos, no obstante, el “bichito” del emprendimiento había sido sembrado en esta pareja.
Juntos iniciaron una larga e intensa investigación para crear el producto que hoy les presentamos: revestimientos decorativos con hormigón y plástico reciclado.
“Desde siempre he sido constructor, desde mano de obra, hasta liderar equipos de trabajo y proyectos. Mi vinculación con los materiales de construcción siempre ha estado, sobre todo con el hormigón y cuando decidimos iniciar el emprendimiento ya teníamos la base del mercado de los materiales de construcción, entonces lo unimos con otra tendencia como es la sustentabilidad y el reciclaje que se venía dando fuerte, sumado a esto la gran problemática que en Calama se vive aún, que es la contaminación por basura y sobre todo por plástico”, explicó Felipe.
Esta indagación dio como resultado “un producto que se llama concreto arquitectónico o fachaletas que sirven para decorar pisos y muros. Fue una investigación larga que también nos ayudó Sercotec, a través de su programa Semilla Emprende”, precisó Felipe.
Una vez lista esta primera etapa y ya con un producto listo para comenzar a ser fabricado, se pusieron mano a la obra. En este proceso, arrendaron un terreno, buscaron a quien comprar su materia prima que es el plástico, (el cual es gestionado por la empresa Innova Recicla -lea aquí su fotoreportaje-) que sirve para añadir al hormigón en vez de arena o gravilla, además de pigmentos y aditivos para generar más consistencia.
Felipe explicó que “esta mezcla es vertida en moldes y luego pasa por un proceso de vibrado, donde adquiere más de movimiento, haciendo que el hormigón se integre en el molde y quede la pieza replicada exactamente”.
Estas baldosas son más livianas que las tradicionales que se compran en el mercado, reduciendo su peso en casi en 500 gramos por producto. Además, son duraderas, ya que por la naturaleza de sus materias primas, “nosotros garantizamos que el producto, instalado de la forma correcta, debería tener una duración de a lo menos unos 100 años instalado en cada proyecto”. Su instalación es bastante sencilla, se hace muy similar a un cerámico agregando un adhesivo.
Pero la característica más importante, es que son amigables con el medioambiente, ya que una de sus principales materias primas es el plástico. Sólo por poner un botón de muestra, en un metro cuadrado de estos productos se utilizan 200 botellas de pet de medio litro.
En este sentido, Felipe enfatizó que “como persona tengo una necesidad de hacer un aporte a este mundo y no solamente un negocio que sea beneficio propio. Entonces, en base a eso tomamos un camino de fabricar productos que tengan el componente de sustentabilidad y más que eso, sostenibilidad que tiene que tener un triple impacto: social, en donde las personas se sientan representadas por este tipo de productos; medioambiental, en donde estamos revalorizando aproximadamente una tonelada de plástico mensual y el impacto económico que generamos empleo directo e indirectamente en la Región de Antofagasta”.
Para quienes deseen conocer este producto pueden visitar su página web www.dekos.cl o acceder a sus redes sociales, en donde los encuentran como @dekossustentable en Instagram y Facebook. Además, también se pueden contactar con ellos, a través de su canal de whatsapp que es +56949971860 y también pueden visitar esta empresa en Colonia Oriente #3491