“Lo que le sucedió a mi hijo es un dolor que uno lleva guardado en una mochila y va a quedar ahí hasta cuando yo me muera”

09/05/2021
7 minutos de lectura

De un día para otro la vida de Sandra  se transformó para siempre. Una negligencia médica le provocó un daño cerebral grave a su pequeño hijo de cinco años cambiando su condición. De ese fatídico día ya han pasado 84 meses, tiempo en el que  esta madre ha dado una pelea incansable para recuperar a Gonzalito quien volvió a ser un bebé, en ese trayecto soportó acusaciones e inició una lucha judicial extensa para exigir justicia y que ganó en la Corte Suprema.  

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¿Cómo llega Gonzalito al hospital?, ¿nos puede relatar los detalles de ese día que cambió su vida para siempre?

Gonzalito iba al jardín. Ese día lo fuimos a buscar y le dolía la muela. Como era tarde, decidimos llevarlo al otro día al dentista del hospital Carlos Cisternas.  Ahí le hicieron un montón de exámenes y la doctora que estaba a cargo en ese momento en pediatría decide dejarlo hospitalizado porque supuestamente tenía un absceso molar. Entonces, había que hacerle un tratamiento con antibióticos y tenía que estar hospitalizado para que lo viera el dentista. El dentista se presentó el día lunes, lo ve y me dice que va a tener que llevarlo a pabellón porque el niño tenía una pésima higiene bucal, que se notaba que el niño no se lavaba los dientes y eso no era así, porque mi hijo siempre se cepillaba los dientes, lo que pasaba es que mi niño es  prematuro extremo.

El dentista me dice que lo va a pasar a pabellón para extraerle ese pedacito de muela y le va hacer una sedación nada más para extraérselo  y el niño va a quedar de alta en la tarde. Yo siempre sacando que mi hijo es prematuro,  lo llevaron a pabellón a las 16.20 y Gonzalito iba cantando, bailando, jugando.  Entramos juntos y el dentista me dice que esté tranquila, porque solamente le va extraer una  muela y nada más. El dentista estaba con el anestesista, quien no estaba ni ahí con lo que estaba haciendo porque estaba preocupado de lo que había hecho en Argentina y de los regalos que traía  a unos colegas.  En eso se acerca una señorita y le pregunta doctor cuánto le va a poner de anestesia y le pregunta al dentista cuánto se va a demorar y el dentista le dice de 15 a 20 minutos no más, es una sedación más que nada y viene el anestesista  y le dice pónele 90 y yo le digo doctor no se olvide que mi hijo es prematuro. Pasó eso y en el bracito le inyectan la anestesia y mi hijo queda sentado en la camilla y él lo afirmo desde los hombros y de ahí me dijeron que saliera porque Gonzalo ya estaba  durmiendo.

Ahí comenzó la intervención, pasaron los 20 minutos, ¿en qué momento le avisan lo que había sucedido con Gonzalo al interior del pabellón?

Pasaron 15, 20,30 minutos y llaman a la mamá de Gonzalo Calderón. Entré y se acerca una doctora y me dice esté tranquila porque el doctor va a conversar conmigo. Como mamá tuve una intuición de que algo malo estaba sucediendo y el dentista me dice que  Gonzalo había sufrido una taquicardia y le habían bajado su ritmo cardiaco de 90 a 30 y había presentado un paro. En ese momento, yo lo único que recuerdo es que me volví loca, gritaba, lloraba, tuvo que entrar Nataly (mi hija) porque enloquecí de saber que mi hijo se estaba muriendo.

Después sale el anestesista  riéndose y dice que lo va a mandar a Antofagasta para que lo estabilizaran y dije que mi hijo con esa gravedad no llega, pedí que lo mandaran  al Hospital del Cobre ahí estuvo un día y  lo mandaron de vuelta al Hospital Carlos Cisternas. Nadie me daba respuesta, nadie me decía qué estaba pasado, porqué Gonzalo estaba así, me hicieron darle leche y Gonzalo no respondía nada. Después,  la doctora decide mandarlo a Antofagasta porque en realidad ellos no sabían que hacer ni que responder. Al niño le dio un paro en el camino y el doctor me dice, si es que tu hijo se salva es un milagro, porque tu hijo está mal. En ese momento cambio completamente la vida de Gonzalito. De un niño sano me entregaron un niño inválido, sin hablar, sin caminar.

Tras largos cuatro meses, Gonzalo fue dado de alta en Antofagasta. ¿Qué sintió usted cuando el doctor le dice que Gonzalo ya no va ser el mismo?

Ese día estábamos con mi hija Nataly y el neurólogo  nos hizo pasar a una sala y entre lágrimas nos dijo tengo que informarles que Gonzalito no va a volver a ser el mismo, y  mi hija revienta en llanto, yo no sé de dónde saqué fuerzas para no llorar en ese rato…  perdón, pero cuando me acuerdo me emociono mucho (llora), porque es una pena muy grande, un dolor tan grande, ahora me estoy dando cuenta de la realidad de mi hijo, y me afecta, me duele que mi guagüita no puede caminar, no va a los cumpleaños porque se desespera que lo miren, no puede hacer cosas que él hacia  porque él se da cuenta ahora, pero ese día nos  sepultaron en vida.

– Sandra,  ¿cómo se sobrepone a este dolor, de dónde saca fuerzas?

Mis otros hijos han estado afectados emocionalmente, desesperados de angustia, porque ellos decían cómo Dios nos había castigado así y tuve que luchar. Diosito me dio la fuerza para poder levantar a mis hijos, a mi familia completa, yo soy sola no tengo marido y tuve que darme valor para ser fuerte y demostrar que las cosas no eran como se decía que habían pasado y levantarme con optimismo,  de volver a reír, porque  Gonzalito en las mañanas abre sus ojos y lo único que hace es reírse, mirarme y todo eso  me dio la fuerza para seguir enfrentando esto que es un dolor que uno lo lleva guardado en una mochila y va a quedar ahí hasta cuando yo me muera.

-Además de cargar con ese dolor, también tuvo que sobreponerse a los comentarios que se hicieron de usted

Dijeron que yo había sido la cochina más grande, que no debería tener a cargo a mi hijo porque no estaba en condiciones de tenerlo, que él debería estar en el Sename porque yo lo tenía en condiciones deplorables. Si supiera como me han tratado, las cosas que me han dicho, las humillaciones que he pasado, pero sigo con mi frente en alto, sigo de pie y luchando porque la verdad salió a flote y se hizo justicia.

¿Y en qué momento hace catarsis como mamá?

Me cuesta mucho llorar, me cuesta mucho demostrar mis sentimientos, saco fuerzas y cuando me veo que estoy mal hablo con Dios y Él me da la fuerza yo le digo levántame, guarda esta pena y  miro a mi Gonza y me da fuerza, yo viendo bien a mi hijo no importa lo que me pase. Mientras mi Gonzalito esté bien, yo soy la mujer más feliz del mundo.   

En ese sentido, Gonzalito ha tenido grandes avances en estos siete años que han transcurrido desde la negligencia

Gracias a la Teletón mi hijo ha avanzado mucho más, porque la Teletón jamás nos ha soltado la mano, es la única institución que nos ha apoyado 100% . Un grupo de profesionales que nos están ayudando día a día y gracias a eso mi hijo ha avanzado muchísimo y estoy muy agradecida.

Paralelamente, usted ha luchado para recuperar a su hijo, pero también inició acciones legales entre ellas algunas que no funcionaron, cuéntenos ¿cómo ha sido este proceso legal?

Estuvimos con dos abogados que lamentablemente no hicieron nada, me mentían, no habían hecho nada en el juzgado, no habían movido papeles, era una demanda pobre. El único que nos sacó a flote y ganó la demanda fue Juan pablo Ugalde que es un gran abogado y estoy muy agradecida de él porque en poco tiempo hizo lo que dos abogados no hicieron y se burlaron de nuestra desgracia.

¿Y cómo toma el fallo de la Corte Suprema que les da la razón después de esta larga lucha en Tribunales para hacer justica por Gonzalito?

Como familia estamos contentos, por un lado porque pudimos luchar para que se hiciera justicia por Gonzalito y se comprobara de que si hubo una gran negligencia médica. Se luchó harto y tenemos la satisfacción de que se hizo justica y en cuanto a la parte económica estamos contentos porque se le va poder dar a Gonzalito todo lo que el necesita, porque una persona con discapacidad necesita muchas cosas, las cuales nosotros en estos momentos no se las hemos podido dar, porque estamos  sin trabajo, vivimos de allegados y las condiciones  económicas no son las adecuadas para él. Por ese lado estamos muy tranquilos y contentos porque el dinero servirá para mejorarle la calidad de vida a mi hijo, porque él es quien más necesita y yo creo que este es un pago de todo su sufrimiento, del daño que le hicieron, este es un pago aunque no me va a devolver a mi hijo jamás, ni la pena, ni nada.

Y ahora que ya en parte se hizo justicia, ¿Cuáles son sus anhelos?

Mi sueño es escuchar hablar a mi hijo algún día y verlo caminar ese es mi sueño más grande.

¿Y Cree que se le va a cumplir?

Dios quiera que sí, tengo fe que si… soy una mujer muy optimista con mucha fe y sé que lo va a lograr, quizás no a un 100%, pero espero antes de morir  ver a mi hijo caminar y hablar aunque sean unas palabritas que me diga. 

Para finalizar, ¿cuál es su mensaje para los calameños, para las madres?

Yo estoy muy agradecida de Dios, de la prensa de Calama, de Cesar Rojas, de la gente de Calama. Y mi mensaje es que siempre hay que luchar, no bajar los brazos. En estos momentos estoy feliz porque se hizo justicia y decirle a toda la gente que me ha ayudado y me ha apoyado que aquí está el resultado. Por Gonzalito seguimos adelante y ahora empieza una nueva etapa para él. Muchas gracias para todos.

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