Cuando se construyó el nuevo hospital de Calama se buscó que tuviese una especial cercanía con los vecinos y hoy este trabajo tuvo un emotivo hito con las comunidades indígenas.
En un acto andino se nombró a uno de sus patios como “Apacheta”, que en lengua quechua y aymara se refiere a un montículo de piedras colocadas en forma cónica una sobre otra como ofrenda en las cuestas de caminos difíciles.
Para el director del centro asistencial, Héctor Andrade, este “es un hito muy importante que da cuenta de la realidad de la gestión de este hospital. Un hospital de la gente, en el reconocemos a cada uno de los grupos con sus particularidades. Y este hito será la antesala de lo se realizará en adelante con las comunidades, donde esperamos incluir a los sanadores con sus hierbas medicinales, para complementar los tratamientos de la medicina convencional”.
Asimismo, comentó que esta actividad se desarrolló “como parte de las acciones y los compromisos asumidos con las comunidades, a través del programa de salud indígena “Pepsi”, que mediante los facilitadores, colabora con las comunidades en la tramitación de horas y otras gestiones que estos usuarios deben realizar en el Hospital de Carlos Cisternas”.