CULTURA / ESPECTÁCULOS

Cuando la danza se transforma en “archivos vivos” de la memoria y la fotografía los salvaguarda

Cada agosto, el pueblo de María Elena, se viste de gala, para homenajear a la Virgen María, en la festividad La Tirana Chica. Cada septiembre, la localidad de Quillagüa, se engalana, para homenajear a San Miguel Arcángel. Así, ambos asentamientos que suelen ser íconos del silencio y tener bajísima densidad de habitantes, se transfiguran, como lo hacen las flores en el desierto; los trajes de los danzantes, colorean de múltiples matices al reinado inconmensurable, de los marrones y amarillos típicos [Seguir leyendo]