Un movimiento antivacuna denominado “Sangre Pura”, cada vez cobra más fuerza en el mundo y son personas que exigen transfusiones de este vital elemento de personas que no se hayan vacunado contra el coronavirus.
Este movimiento difunde teorías conspirativas centradas en afirmaciones infundadas que señalan que recibir sangre de personas inmunizadas “contamina” el cuerpo del receptor. Sin embargo, estas teorías no se basan en “ninguna evidencia científica”, afirmó a AFP Katrine Wallace, epidemióloga de la Universidad de Illinois en Chicago.
“Si una persona vacunada dona sangre a otra no vacunada, la persona que recibe la transfusión no pasa a estar vacunada”, explicó.
Recientemente, una pareja de Nueva Zelanda trató de impedir una cirugía cardíaca necesaria para salvar la vida de su bebé con el argumento de que corría el riesgo de recibir sangre de un donante vacunado. Un tribunal les quitó temporalmente la custodia del niño para permitir el procedimiento, pero el caso se ha vuelto icónico para los activistas antivacunas. “Casos como éste se propagan como reguero de pólvora tanto en los sitios de noticias marginales como en los principales y luego en las redes sociales, llamando la atención sobre las teorías de conspiración contra las vacunas”, señaló Wallace.
Pero no solo eso, junto con este movimiento de crear un banco de sangre, de personas no vacunada, ha empezado a crecer también la demanda por leche materna y esperma de personas sin estas dosis contra el covid.