Las mujeres suelen necesitar dormir más que los hombres debido a factores biológicos, hormonales y de desgaste mental. El cerebro de las mujeres es más complejo, lo que requiere más tiempo para recuperarse. Esto hace que el descanso sea aún más importante para ellas. Además, las mujeres tienen un mayor riesgo de padecer trastornos del sueño, como el síndrome de piernas inquietas, lo que puede afectar la calidad de su descanso.
Las hormonas femeninas, como las que se producen durante el ciclo menstrual, el embarazo y la menopausia, influyen directamente en el sueño. Estas hormonas regulan el ciclo sueño-vigilia, por lo que los cambios hormonales pueden afectar los ritmos circadianos de las mujeres. Esto puede provocar somnolencia, cansancio y fatiga durante el día.
Las mujeres suelen realizar muchas actividades al mismo tiempo, lo que provoca un mayor desgaste mental. Además, suelen asumir la mayor parte de las tareas domésticas y el cuidado de los niños, lo que incrementa aún más su nivel de estrés y, por ende, sus necesidades de descanso.
Las mujeres también enfrentan problemas que afectan su sueño, como interrupciones frecuentes o una mala calidad del mismo. Además, son más propensas a sufrir de ansiedad y depresión, condiciones que están estrechamente relacionadas con trastornos del sueño. Dormir bien es fundamental para la salud, ya que el sueño ayuda al cuerpo y al cerebro a recuperarse del estrés acumulado durante el día.
