Más de 300 funcionarios de distintas áreas del Hospital Carlos Cisternas de Calama fueron contratados como honorarios para enfrentar el Covid-19. Y con el cese del Estado de Excepción, se llevaría a cabo un despido masivo en el recinto hospitalario, pese a que el compromiso del gobierno era que mantuvieran sus funciones hasta el 2022.
Esta determinación comenzaría a regir a partir desde el 30 de septiembre y de acuerdo a información proporcionada por la Fenats Nacional Calama, esto generaría diferentes problemáticas que afectarían principalmente a las y los usuarios, ya que con la reducción de personal aumentarían las listas de espera y se retrasarían principalmente los tratamientos de rehabilitación de los pacientes recuperados de covid, que verían interrumpidos sus tratamientos terapéuticos.
Así también trabajadores de otros servicios como técnicos administrativos, auxiliares de servicios de alimentación, entre otros dejarían de trabajar, porque sin el Estado de Excepción se reducirá el financiamiento que se le otorga a los centros médicos públicos.
Entre las peticiones que ha realizado el gremio se espera que el personas honorarios covid pasen a ser funcionarios del hospital para cumplir con la necesidad de salud de la comunidad. Calama tiene el personal calificado para cubrir las prestaciones médicas, pero faltarían los recursos para mantener una continuidad laboral.
Además según expresaron desde la Fenats, el gobierno ahora desconoce los acuerdos tomados con el gremio, como el bono covid y el descanso compensatorio. La pandemia aún no ha terminado y la crisis hospitalaria recae en estas decisiones que no ofrecen una salud digna para los territorios.