Los que prometerían ser modernos paraderos con tecnología ecosustentable, se convirtieron en el bar, baño y dormitorio de personas en situación de calle en distintos puntos de la ciudad.
En el año 2013, el municipio de Calama anunciaba la construcción de 28 paraderos que se emplazarían en distintos puntos de la ciudad y que serían edificados con un acero especial resistente a impactos, tendrían energía solar y contarían con paneles informativos.
En ese mismo año sería abierta la licitación para comenzar la ejecución a finales del 2013, sin embargo, han pasado nueve años y nunca se terminaron. La obra quedó inconclusa y actualmente se han convertido en focos de consumo de alcohol y otras sustancias, como es el caso del paradero que se emplaza en la intersección de Latorre con Pedro León Gallo.
Este proyecto tuvo un costo de $279 millones de pesos y fue postulado por el municipio a los fondos concursables de la Ley Espejo del Transantiago.