Tres son las empresas mineras que están demandadas por el Consejo de Defensa del Estado (CDE)ante el Primer Tribunal Ambiental, por daños en el Salar de Atacama ubicado en la Región de Antofagasta. Estas acciones buscan mucho más que una compensación económica por los inconvenientes ocasionados en el medioambiente.
Puntualmente la demanda es por el deterioro grave de El Salar, debido a la extracción sin control de agua. Las mineras que están en la mirada del CDE son: Minera Escondida que habría extraído 1.400 litros por segundo hasta el 2019; Zaldívar, 212,75 litros por segundo proyectados hasta el 2025 (con un caudal autorizado de 500 litros por segundo) y Albemarle, 16,9 litros por segundo hasta el 2041.
La conclusión del consejo tiene su respaldo en la revisión de los antecedentes del procedimiento sancionatorio que llevó a cabo la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA), además de diversos informes disponibles y, la opinión de órganos sectoriales con competencia ambiental. Para el CDE la extracción de diversas cantidades de agua por parte de las mineras demandadas, habrían provocado un daño que era previsible, toda vez que estaban en conocimiento del límite máximo de descenso que podría tener el acuífero.
En el escrito se estipula que el descenso de lo que se denomina nivel freático, es decir, del nivel de agua máximo en relación a la distancia entre el recurso y la superficie, es superior a los 25 centímetros, lo que de acuerdo al CDE, provocó el deterioro grave, permanente e irreparable del acuífero, de las vegas de Tilopozo, de la fauna; y de los sistemas de vida y costumbres de la Comunidad Indígena de Peine.
“El acuífero Monturaqui-Negrillar-Tilopozo ha sido explotado durante décadas por Compañía Minera Zaldívar en el sector Negrillar; Albermarle en el sector Tilopozo y Minera Escondida en el sector Monturaqui”, se lee en el escrito.
Otra de las consideraciones abordadas por el CDE, son las características del Salar de Atacama como una de las cuencas endorreicas salinas más conocidas del mundo “ya que acumula grandes reservas de litio y suministra una buena parte del agua que ocupa en faenas mineras de extracción de cobre, además de contener ecosistemas muy sensibles, por lo que su vulnerabilidad ecológica ha derivado en una serie de estudios por parte del Estado de Chile e investigadores, abarcando desde la geología e hidrología, hasta su particular clima. La interacción de estos y otros factores dan origen a los complejos procesos que forman el Salar de Atacama y sus ecosistemas”.
Finalmente, CDE solicita al Primer Tribunal Ambiental que, no solo se repare el daño ambiental y se entregue una indemnización económica, sino que las mineras implementen medidas de diálogo, diagnóstico territorial, estudios técnicos, gestión ambiental para la mitigación de daños y recuperación con compensación a los afectados, poniendo en valor este espacio medioambiental. Además, quieren que las tres mineras asuman el costo de todo este juicio.