Desde 2020 el mundo ha diversificado su atención y recursos para combatir la amenaza a la salud mundial. Como resultado, las pruebas de VIH disminuyeron un 22% en comparación con los niveles anteriores a la pandemia.
La pandemia amenaza con revertir el progreso logrado en las últimas tres décadas, impactando directamente en los diagnósticos y tratamiento oportuno del VIH. Hoy en día, alrededor de 6.1 millones de personas con estado serológico positivo a VIH en todo el mundo no saben sobre ello, lo que permite que el virus se propague. Las personas que no saben que son positivas a VIH representan hasta el 38% de las nuevas infecciones.
Esto debe cambiar
El Dr. Alejandro Afani, Director del Centro de VIH del Hospital Clínico de la Universidad de Chile y especialista en Medicina Interna e Inmunología, explica que una persona que conoce su diagnóstico debe iniciar lo antes posible el tratamiento, para suprimir la replicación del virus a niveles indetectables, lo que a su vez refuerza el sistema inmunológico y evita la posibilidad de transmitir el virus.
“Esto se puede lograr a través de pruebas rápidas de VIH que simultáneamente pueden detectar antígenos y anticuerpos hasta 20 días antes de las tradicionales pruebas de anticuerpos. El sistema inmune produce anticuerpos cuando está expuesto a un virus como el VIH. Los antígenos son sustancias extrañas para el cuerpo que son bloqueadas por los anticuerpos”, explica el especialista.
Sin embargo, a pesar de saber la importancia y la factibilidad de las pruebas de VIH, las pruebas para detectar el virus han seguido encontrando obstáculos por estigmas y creencias negativas que rodean a la enfermedad.
Las pruebas de VIH son importantes para la salud pública
Los datos de ONUSIDA revelaron que casi dos millones de adultos y niños de América Latina y el Caribe vivían con el VIH. Poco más de 6,700 chilenos fueron diagnosticados con VIH el 2019, según AIDS Healthcare Foundation, elevando el número total de personas con VIH diagnosticado a aproximadamente 71,000 en el país.
Se estima que 28 millones de infecciones por VIH pueden prevenirse en 2030 si se cumplen los hitos establecidos por ONUSIDA. Los objetivos 95-95-95 significarían que el 95% de las personas conocen su estado serológico, el 95% de las personas que conocen su estado serológico reciben tratamiento y el 95% de las personas que reciben tratamiento han suprimido el virus lo suficiente para que no pueda propagarse. Alcanzar estos objetivos de vía rápida requiere una investigación amplia y pruebas accesibles para que los expertos de salud pública sepan cómo el virus está afectando a las comunidades.
Programas innovadores como el Programa de Vigilancia de Virus de Abbott, que es un segmento de la Coalición de defensa contra la Pandemia de Abbott, ha estado recolectando muestras virales de VIH, hepatitis y más para realizar investigaciones desde 1994. En 2019, científicos del programa anunciaron que encontraron un nuevo subtipo de VIH. Descubrimientos como este ayudan al mundo a avanzar en la lucha contra el VIH y ampliar el conocimiento de la salud pública.
Abbott ha tenido un largo historial de investigación en VIH, incluyendo la creación de la primera prueba hace 35 años. “Dada la naturaleza en rápida evolución del VIH, la detección se convierte en un desafío constante, por lo que estamos trabajando diariamente a través de un compromiso con la ciencia para estar siempre un paso por delante del virus”, dijo el Dr. Oscar Guerra, Director Médico del Negocio de Diagnósticos Rápidos en Abbott.
El conocimiento sobre el virus es clave para las personas y las pruebas diagnósticas juegan un papel importante en la atención sanitaria del VIH, ya que una vez que los resultados de las pruebas están disponibles los profesionales de la salud pueden planificar tratamientos y evitar propagaciones.