En un esfuerzo por mejorar la calidad de vida de los vecinos, la Organización Social Ampliada del Desarrollo de la Mujer Gladys Marín lidera un innovador proyecto de recuperación de espacios públicos en Calama. Esta iniciativa busca transformar un terreno utilizado como basural en una nueva área verde para la comunidad.
Marcela Toledo Osses, presidenta de la organización, destacó la importancia de esta acción para combatir los efectos negativos del abandono urbano. “Estamos interviniendo en recuperar estos espacios públicos que se han convertido en basurales, donde llegan botellas de vidrio, colchones, perros muertos”, comentó Toledo. “Ahora ya se han retirado como cuatro camiones de basura y escombros, los cuales se han llevado al Rescon, y vamos a plantar 50 árboles con el compromiso del cuidado de los vecinos y el apoyo de CONAF”.
El proyecto, financiado por el 8% del Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR) de Antofagasta, tiene un carácter innovador, ya que es la primera vez que estos recursos se destinan a una iniciativa medioambiental de esta índole. “Este proyecto es innovador porque estos recursos antes no se habían generado, y es primera vez que se destinan a través de un gobierno regional en el área medioambiente”, explicó Toledo.
Las labores de limpieza, iniciadas en la primera quincena de octubre, abarcaron 1800 metros cuadrados, de los cuales se retiraron 68 cubos de escombros y se aplicaron 120 cubos de material estabilizador para reducir la polución. La plantación de los árboles, que contará con la participación de vecinos, niños y jóvenes del sector, está programada para el viernes 30 de octubre a las 17:00 horas.
Finalmente, Toledo hizo un llamado a replicar este modelo en otras localidades afectadas por la acumulación de basura. “Este es un proyecto que se puede replicar porque es un fondo que está abierto todos los años. De hecho, me han pedido apoyo para sectores como René Schneider, Inti Rai y Portal del Inca”, señaló, subrayando la importancia de la autogestión y el trabajo conjunto para mejorar el entorno y fortalecer la autoestima de las comunidades. “Al ver una población llena de basura, te baja el ánimo. En cambio, estando limpio y con arbolitos, se le da una mejor calidad de vida a los vecinos”.
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