Pintar mandalas se ha convertido en una actividad popular tanto en espacios educativos como terapéuticos. Su estructura simétrica, compuesta por patrones geométricos que parten desde un punto central, favorece la concentración y genera una sensación de orden y equilibrio. Esta característica convierte a los mandalas en una herramienta eficaz para reducir el estrés y la ansiedad.
Los mandalas tienen raíces profundas en tradiciones espirituales como el hinduismo y el budismo, donde se utilizan como apoyo en la meditación. Sin embargo, en contextos más cotidianos, su uso se ha masificado como una forma de expresión personal y relajación. Psicólogos y educadores recomiendan esta práctica para niños, jóvenes y adultos, ya que permite canalizar emociones, ejercitar la paciencia y desarrollar la atención plena.
Además de sus beneficios emocionales, colorear mandalas también mejora la motricidad fina, estimula la creatividad y puede ser un puente para la introspección. No es necesario tener conocimientos artísticos para comenzar: solo se requiere una hoja con un diseño impreso, lápices de colores o marcadores, y un espacio tranquilo.
Existen libros especializados, aplicaciones digitales y talleres comunitarios que fomentan esta práctica. También es posible encontrar mandalas para imprimir de forma gratuita en internet. Para quienes buscan un momento de desconexión, autoconocimiento o simplemente una actividad creativa, pintar mandalas puede ser una excelente alternativa.
