Belén Cortés Saavedra
La meditación ha demostrado ser una práctica beneficiosa para la mente y el cuerpo, según numerosos estudios científicos. Al practicarla de manera regular y seria, lejos de enfoques superficiales o falsos gurús, se pueden obtener resultados notables, como el aumento de la capacidad de concentración y la mejora del sistema inmunológico.
La doctora en Bioquímica Perla Kaliman, en su libro La ciencia de la meditación, destaca tres técnicas clave para calmar la mente: la atención plena con soporte, que se centra en un objeto o sensación específica, como la respiración; la atención plena sin soporte, o vipassana, que expande la atención a todos los estímulos internos y externos sin dejarse arrastrar por ellos; y la meditación de Metta, que fomenta sentimientos de amor y bondad hacia uno mismo y los demás.
La meditación tiene efectos positivos ampliamente respaldados por la ciencia. Entre ellos se incluyen el fortalecimiento del sistema inmunológico, mejorando la respuesta a las vacunas y aumentando la producción de anticuerpos. Además, protege los telómeros, lo que puede retrasar el envejecimiento y reducir el riesgo de enfermedades como las cardiopatías y la diabetes. También mejora el autocontrol, favorece la capacidad para procesar información y mitiga el dolor, aumentando la tolerancia al mismo y, en algunos casos, reduciendo la necesidad de analgésicos. La práctica regular de meditación incrementa la resiliencia, ayudando a las personas a enfrentar conflictos y adversidades, y también puede retrasar el deterioro cognitivo en personas con Alzheimer.
Además, la meditación mejora el estado de ánimo, la memoria y la regulación emocional, y en personas infectadas por el VIH, contribuye a frenar el avance de la enfermedad. La práctica fortalece la compasión, mejorando la conectividad cerebral asociada a la empatía, y permite reducir las divagaciones mentales. También se ha demostrado que la meditación regular puede reducir la inflamación y enriquecer la corteza cerebral, acelerando el procesamiento de la información. En resumen, la meditación no solo ofrece bienestar mental y físico, sino que también ayuda a prevenir diversas enfermedades. La clave para aprovechar estos beneficios es practicarla de manera constante y comprometida, integrándola en la vida diaria como una herramienta poderosa para mejorar la calidad de vida.
Fuente: Muy Interesante
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