A la hora de ir a comer un restaurant, el patio de un mall o caminar por un espacio abierto donde se cumplen con las medidas de distanciamiento social, nos sacamos las mascarillas para poder respirar mejor o simplemente comer algún alimento. Una de las principales prácticas es guardar la mascarillas en el bolsillo o en la cartera. Pero sabía usted que esta es una de las peores acciones que podemos hacer?
Expertos entregan algunas recomendaciones para continuar cuidándonos del Coronavirus y virus respiratorios que están a la orden del día.
La doctora Karin del Campo, microbióloga y académica de la Universidad San Sebastián, dijo que “hay que evitar la contaminación cruzada que se produce cuando las dos caras, la exterior y la interior, se juntan. Así los agentes infecciosos que están en un lado pasan para el otro”.
En tanto, el CEO de DeysaCare empresa chilena, Juan Ricardo Olivares, explicó que “al guardarlas en el bolsillo además se pierde la forma de la mascarilla, sobre todo de la KN95, en que tanto la nariz como la mejilla quedan completamente selladas”.
Al guardarlas y manipularlas de esta forma, generaría un daño al metal que se usa para ajustar la posición y así evitar la entrada o salida de partículas.
El principal consejo es no manipularlas y utilizarlas de manera continua para luego desecharlas. Un estudio realizado por la escuela de Salud Pública de la University of New South Wales (Australia) determinó que una persona se toca al menos 26 veces por hora el rostro.
El doctor Rodrigo Cruz, infectólogo de la U. de Valparaíso dijo que “la mascarilla quirúrgica antes de la pandemia se usaba y se desechaba rápidamente. Ahora, por necesidad, se usa por tiempo más prolongado pero este no debe superar las cuatro horas”, aclara el profesional. En el caso de las KN95, estas tienen una duración de 8 horas promedio.
Recomendaciones
Una forma de almacenarlas correctamente durante el día es usando cajas conocidas como “Mask Case”. “Tienen el tamaño ideal para guardarlas de tal forma que las caras no se tocan y no hay que doblarlas”, dice la doctora del Campo.
Los profesionales Juan Ricardo Olivares y Jorge Rodríguez coinciden en que otro buen método es guardarlas estiradas en una bolsa de papel, ya que al ser un material poroso y absorbente ayuda a deshumedecerla tras el uso.
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