Codelco presentó este martes un libro que rescata el geoglifo de Talabre y su proceso de restauración, en el que participaron comunidades originarias de Calama, Chiu Chiu, Lasana y Chunchuri, junto con arqueólogos, antropólogos y monitores ambientales. Se distribuirán 2.000 copias en bibliotecas escolares, organizaciones sociales, comunidades y entre trabajadores.
El geoglifo, ubicado en el borde suroeste del Salar de Talabre, dentro del Proyecto RT Sulfuros de Codelco, tiene importancia ceremonial para los pueblos originarios, y consta de tres figuras antropomorfas, datadas entre 1.500 a.C. y 500 d.C., con una figura central, denominada Gigante de Talabre o Gigante de Calama, de 16,6 x 11 metros, que destaca por su tamaño y su método constructivo, que incluye la exposición de sedimentos más claros en contraste con rocas oscuras.
Christian De la Piedra, gerente de Sustentabilidad de las Operaciones Norte de Codelco, explicó sobre el proceso de restauración que “lo primero que se hizo fue la puesta en valor del Gigante de Talabre, que estaba afectado por huellas de vehículos, y a través de un trabajo con arqueólogos, antropólogos y monitores ambientales se hizo un proceso de restauración, utilizando técnicas científicas y del conocimiento de la comunidad”.
La comunera de Toconce, Cecilia Mendoza, enfatizó la importancia cultural del geoglifo, describiéndolo como una entrada al territorio del Alto Loa y destacando su relevancia para las rutas caravaneras de la antigüedad. “Estamos frente al Gigante de Calama, un geoglifo de gran dimensión, que da la entrada al territorio del Alto Loa, ruta que era de caravaneros y, por lo tanto, es de enorme importancia para las personas indígenas, ya que somos los continuadores de la cultura y tenemos la tarea de reconstruir el pasado”, afirmó.
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