“¿Qué está esperando el ministro Cataldo? ¿Destruir la educación pública en la región de Antofagasta?”, cuestionó con dureza el diputado Jaime Araya (IND-PPD) durante una intervención en la Cámara, apuntando directamente al titular de Educación, Nicolás Cataldo, y al director de Educación Pública, Jaime Veas, por la falta de respuesta ante la crisis que afecta a diversas comunidades escolares bajo la administración del SLEP Licancabur.
El parlamentario denunció que “han traspasado todos los límites de lo razonable y de lo permitido”, refiriéndose a la situación de escuelas en localidades como Chiu Chiu, María Elena, Tocopilla y San Pedro de Atacama. Según Araya, existe una “protección inexplicable” al director regional del servicio, el señor Martínez, y alertó sobre un trato de “abuso y humillación” hacia comunidades escolares, especialmente rurales.
Uno de los casos más recientes ocurrió esta mañana en Chiu Chiu, donde padres y apoderados tomaron la escuela G-52 en protesta por múltiples falencias. “La escuela de Chiu Chiu amaneció tomada por el Centro de Padres y Apoderados, dado que reclaman algunos puntos preocupantes que están sufriendo principalmente los docentes que otorgan el servicio de educación hacia nuestros niños”, explicó Robinson Galleguillos Morel, presidente de la Comunidad Atacameña de San Francisco de Chiu Chiu.
Entre las denuncias figuran “la falta de claridad en la reducción de sueldo de los docentes, el no pago del bono de movilización que les corresponde, la falta de gestión en la implementación de servicios básicos en la cancha, y la carencia de papel higiénico y toalla absorbente en los baños”, detalló Galleguillos. Además, advirtió que no se han pagado los servicios básicos como “el agua potable, la energía y el retiro de basura”.
Aunque representantes del SLEP llegaron al poblado esta mañana, no hubo avances. “A las 9:30 aproximadamente de la mañana llegó el SLEP y se reunió con el centro de padres, en donde le plantearon sus preocupaciones… pero no se llegó a acuerdo ni nada”, sostuvo el dirigente. “Los apoderados determinaron continuar con la toma del colegio hasta que se obtengan respuestas concretas, dado que no vino el director ejecutivo tampoco. No se le da la importancia ni la seriedad que corresponde”.
El diputado Araya respaldó la preocupación de la comunidad. “Dé la cara. Vaya a Calama. Visite las comunas. Vea cómo no se respetan las comunidades indígenas. Esto tiene que parar”, emplazó al ministro. Asimismo, recordó que “el alcalde de Calama envió hace más de diez días una invitación formal” que aún no ha sido respondida. “Yo no voy a permitir que pase lo mismo en Antofagasta. No seré parte del silencio cómplice”, concluyó.
