
Una emotiva y masiva despedida tuvo esta tarde el reconocido empresario Héctor Tito Alvarez, quien perdiera la vida producto de una neumonía el pasado jueves a los 93 años. Funerales que se realizaron en el cementerio de Chuquicamata, que pese a estar cerrado a nuevas sepulturas desde 2014, abrió sus puertas para recibir y despedir a uno de los suyos.
Último adiós que comenzó a las 14.00 horas en la parroquia El Salvador ubicada en El Peuco, donde se realizó un responso que dio lugar a su último viaje al excampamento minero, en el que fue acompañado de una larga caravana de familiares y amigos, que colmaron el camposanto.
Despedida que estuvo cargada de nostalgia, recuerdos y también de anécdotas, que el mismo Álvarez muchas veces se encargó de relatar y que ayer fueron rememoradas por quienes lo conocieron y compartieron con él en Chuquicamata, Calama, Chiu Chiu o Yalquincha.

Un emprendedor chuquicamatino que siendo muy joven logró gestionar un crédito y comprar su primer camión y luego fundar Socoal, empresa familiar que con sus 65 años es una de las más sólidas a nivel local; además de un sinnúmero de otros emprendimientos y proyectos, que compartía con su gusto por la poesía y la pintura.
“Tito” volvió a Chuqui
Hasta el viernes era una verdadera incógnita si “Tito” Álvarez podría ser sepultado en el cementerio de Chuquicamata, como él esperaba y como su familia también pedía. Afortunadamente, como informó durante la mañana la Agrupación Hijos y Amigos de Chuquicamata, luego de diferentes gestiones realizadas junto con la diputada Paulina Núñez y el intendente regional Marco Antonio Díaz, se logró que la división Chuquicamata de Codelco hiciera una excepción y aceptara que el empresario fuera sepultado en el excampamento.

